28 Simposio de Mercado de Capitales
Octubre 13 de 2016
Quiero aprovechar la invitación de Asobancaria a intervenir en este “Simposio del Mercado de Capitales” para presentar a ustedes algunos comentarios que espero animen la discusión sobre el futuro del mercado de capitales en Colombia.
Mis comentarios parten de las siguientes premisas, sobre las cuales, creo, hay un relativo consenso:
No solo de regulación vive el mercado de capitales
La existencia de un marco regulatorio adecuado es una condición necesaria, más no suficiente, para el éxito de los mercados de valores. Desde la Misión del Mercado de Capitales de 1995 y gracias a la expedición de la Ley 964 de 2005, Colombia ha tenido una agenda permanente de reformas que ha permitido el desarrollo del marco regulatorio atendiendo a las nuevas necesidades del mercado.
El ex ministro de Hacienda y Crédito Público, Luis Fernando Alarcón, en un muy interesante trabajo que será presentado mañana en este simposio, hace un recuento de lo que el denomina “hitos del desarrollo del mercado de capitales”, los cuales confirman la tesis de que Colombia ha tenido un cambio continuo, no solo del marco regulatorio, sino también de la infraestructura y de las prácticas realizadas por los actores del mercado. En este proceso de reformas ha sido fundamental la participación privada, tan necesaria para que el mercado innove permanentemente.
Al revisar las reformas recientes realizadas al marco regulatorio durante la administración del Presidente Santos se puede apreciar que éstas se han dirigido a dinamizar el mercado en los diferentes frentes, tanto de la oferta como de la demanda, buscando una mayor profundidad y liquidez del mercado de capitales. Deben destacarse, en especial, las reformas introducidas para incentivar la entrada de nuevos emisores, fijar un marco transparente y moderno para los fondos de inversión colectiva y en flexibilizar el acceso de la inversión extranjera al mercado de capitales local, temas de los cuales me referiré a continuación.
No hay duda sobre la importancia de la reforma estructural hecha al esquema de Fondos de Inversión Colectiva, separando los diferentes roles de administración, gestión y distribución y permitiendo un procedimiento más flexible para la aprobación de los mismos.
Estas reformas, impulsadas desde el Ministerio de Hacienda y Crédito Público y la Unidad de Regulación Financiera (“URF”), por la codirectora del Banco de la República, doctora Ana Fernanda Maiguashca, y el doctor David Salamanca, no solo recogieron las mejores prácticas internacionales sino que también lograron que los principales actores del mercado y, en especial, los intermediarios de valores, las acogieran con entusiasmo, realizando cambios en su modelo de negocio para aprovechar las ventajas del nuevo esquema. Las cifras del incremento de los recursos administrados por FIC, que se han cuadruplicado en los últimos años, pasando a administrar recursos de terceros por cerca de $64,5 billones, confirman la bondad de la reforma.
En igual sentido se puede mencionar la reforma al régimen de inversión extranjera en Colombia. Esta reforma, expedida por el Decreto 4800 de 2010, actualizó y simplificó las reglas para hacer más eficientes los procedimientos a los inversionistas, aplicando estándares internacionales, y facilitando la canalización de la inversión hacia el mercado de capitales. A esto se sumó la simplificación del tratamiento tributario, facilitando la participación de inversionistas extranjeros, en particular en los temas relacionados con la retención en la fuente de dichas inversiones. Una segunda reforma que flexibiliza aún más el régimen de inversión extranjera, y da mayor confianza a los inversionistas extranjeros, está pendiente de ser expedida.
Las cifras muestran que estas reformas también tuvieron un impacto positivo, en la medida que la inversión extranjera en renta variable ha crecido hasta llegar a un 31.7% y la participación en el mercado de deuda pública a 23%, a pesar de la coyuntura internacional tan difícil y del pesimismo de algunos analistas sobre el futuro de la economía colombiana.
Sin embargo, algunas de las reformas no han tenido el impacto buscado. Es el caso de las introducidas para incentivar la llegada de nuevos emisores, tema sobre el cual me referiré posteriormente, o la implementación del esquema de creadores de liquidez, tan necesario para el desarrollo del mercado colombiano, el cual sólo hasta hace muy poco, y de manera muy reducida, ha empezado a utilizarse.
Analizando lo sucedido en estos casos se puede concluir que no siempre basta una regulación que apoye el desarrollo del mercado, si los intermediarios no están dispuestos a ponerla en práctica. Y en esa decisión tiene que ver de manera importante la coordinación de los distintos agentes, pues en algunos casos puede existir un divorcio entre los proveedores de infraestructura, agentes e inversionistas.
En otros casos, hace falta una mayor innovación y conocimiento del negocio por parte de los intermediarios, lo cual solo se consigue con una mayor competencia y la entrada de nuevos agentes dispuestos a asumir nuevos riesgos.
De allí mi afirmación que no solo de regulación vive el mercado de capitales y mi enorme resistencia a fórmulas mágicas que simplemente proponen ajustes en la regulación.
¿Qué hacer para que entren al mercado nuevos emisores?
De manera recurrente en el diálogo que permanentemente tenemos con la industria, se discute sobre mecanismos para incentivar la nueva entrada de emisores y profundizar la liquidez de los que ya están en el mercado.
Siguiendo las mejores prácticas, tanto la URF como la Superintendencia Financiera – SFC - han tomado una serie de disposiciones para facilitar la entrada de nuevos emisores, sin que hasta la fecha los objetivos buscados se hayan logrado plenamente.
En efecto, debe recordarse que se expidió regulación tendiente a la profundización del mercado facilitando el acceso a nuevos emisores con la implementación de la figura del Emisor Conocido y Recurrente (“ECR”), haciendo más expedito el acceso a aquellos emisores que constantemente hacen uso de este mercado. En este momento hay ya siete ECR autorizados, aunque quisiéramos que ese mecanismo se usara de manera más extendida.
Igualmente se puede mencionar la reforma al segundo mercado, flexibilizando los requisitos de divulgación para aquellos emisores que pretendan ofrecer sus valores únicamente a inversionistas institucionales y que ha sido éxito en otras jurisdicciones, pero que en Colombia no ha tenido mayor desarrollo por el mercado.
En el mismo sentido, está el prospecto de emisión simplificado para facilitar las autorizaciones de ofertas, incluyendo un prospecto estándar, y las medidas tomadas para agilizar los procesos de aprobación de la SFC.
No obstante las reformas, el mercado demanda más emisores y más liquidez. Ciertamente, la coyuntura internacional de amplia liquidez no ha contribuido ya que el sector real ha encontrado financiación abundante y en buenas condiciones en el mercado bancario. Más recientemente, el fin del superciclo de los precios de los productos básicos también ha afectado el número de emisores con la salida de algunos que eran importantes en los mercados locales y que imprimían liquidez al mercado.
En las reuniones realizadas con reguladores y el sector privado de países de la Alianza del Pacífico nos hemos formulado la misma pregunta, pues es una situación que aqueja no sólo a Colombia. Personalmente creo que hay que continuar reduciendo los costos de transacción, y flexibilizando el acceso al mercado público de valores con una mayor competencia.
Sin embargo, creo que hay dos temas fundamentales que hay que fortalecer.
El primero de ellos es el gobierno corporativo (“GC”). Como es conocido las buenas prácticas en esta materia son fundamentales para mantener la transparencia y confianza en el sistema financiero y en el mercado de capitales. Así mismo, un gobierno corporativo sólido contribuye a mantener un proceso de supervisión eficaz y eficiente ya que reduce considerablemente la intervención supervisora.
En la última década Colombia ha presentado importantes avances en temas de GC, buscando elevar los estándares de mejores prácticas empresariales a niveles internacionales, lo que contribuye indudablemente a mejorar la gobernabilidad de las empresas y a hacerlas más sostenibles en el tiempo. En el proceso de acceso a la OECD, el Comité de Gobierno Corporativo de esa organización realizó un cuidadoso examen del marco regulatorio colombiano encontrando que si bien hay todavía algunos temas en los cuales se debe profundizar, en general, la estructura es adecuada, dando su visto bueno al proceso de acceso.
En esta evaluación por parte de la OECD, tuvo una enorme influencia la revisión y puesta en práctica del Código de Mejores Prácticas Corporativas más conocido como Código País (“CP”), con recomendaciones de adopción voluntaria por parte de los emisores de valores. Esta revisión, siguiendo las mejores prácticas internacionales, se centró en el funcionamiento de las Juntas Directivas, tema que ya se encontraba en el código anterior, pero que se aborda conforme a las prácticas seguidas por las principales compañías del mundo. Igualmente, se incluyó un nuevo capítulo sobre Arquitectura de Control, con recomendaciones y medidas sobre administración de riesgos y de control interno. El tema de la remuneración de los miembros de la Junta Directiva y de la Alta Gerencia también se desarrolla de manera mucho más específica que en el código anterior.
Otro de los aspectos innovadores contemplados en la nueva versión del CP es que, aun cuando es de adopción voluntaria, si la sociedad decide que va a acoger las medidas y recomendaciones, inmediatamente las mismas serán de obligatorio cumplimiento para el emisor, sus administradores y empleados. De tal manera la sociedad deberá implementar mecanismos claros y comprensibles para asegurar que efectivamente se cumplan las recomendaciones. Para tal fin, el CP prevé que las medidas que se adopten deben ir acompañadas de reformas estatutarias.
Adicionalmente, dada la importancia creciente que ha presentado la figura de los grupos empresariales, se incluyen recomendaciones de GC específicas para los conglomerados en los que se integran empresas en situación de control o grupo empresarial.
Si bien lo anterior constituye un paso importante en materia de calidad de GC de los conglomerados, tanto la OECD como el FMI han señalado la necesidad de fortalecer la supervisión sobre los conglomerados financieros y sus operaciones. En virtud de lo anterior, el Gobierno radicó el Proyecto de Ley 119 de 2016 con el cual se busca que Colombia adopte los estándares internacionales para la supervisión y regulación de los conglomerados financieros. Al respecto, vale destacar que dicha propuesta otorgaría a la SFC facultades para impartir instrucciones a los holdings financieros relacionadas con la gestión de riesgos, control interno, revelación de información, conflictos de interés y gobierno corporativo, respecto del conglomerado financiero.
El pasado 3 de octubre, la SFC presentó el primer informe anual bajo el esquema del CP. A continuación quisiera compartir con ustedes los principales resultados y conclusiones de dicho informe:
Según los resultados, se evidencia un reto importante, tanto para los emisores como para la SFC y los gremios, de incentivar el fortalecimiento del GC en cuanto a organización de la Junta Directiva y su papel en el monitoreo de la gestión de riesgos. Así mismo, se requiere fortalecer la cultura de la revelación de información, especialmente en aquellos conglomerados cuyas sociedades no tienen capital flotante.
Dentro de la agenda de trabajo futura se debe dar prioridad a promover los derechos de los accionistas minoritarios, aspecto que si bien está incluido en algunos apartes del CP, requiere la participación de los emisores mediante prácticas de revelación de información y escenarios de discusión que permitan que los accionistas minoritarios puedan ejercer debidamente sus derechos.
Un segundo tema es cómo incentivar a los inversionistas institucionales para que participen más en el mercado. Tal es el caso de las compañías de seguros que muestran esquemas de inversión de las reservas poco sofisticados y conservadores. O de los Fondos de Pensiones que no consideran rentables algunas emisiones si no son de tamaños importantes, con el problema adicional que en algunos casos no transan los títulos adquiridos y eso naturalmente le quita liquidez a los mismos.
En este sentido es importante revisar propuestas como las del cálculo de la rentabilidad mínima de los Fondos de Pensiones, remuneración por desempeño y la apertura de subastas para el seguro previsional.
¿Cómo generar más confianza en los inversionistas?
La construcción de confianza en el mercado de capitales es fundamental. Los inversionistas acuden al mercado si tienen confianza en su transparencia, en una adecuada formación de precios, en la debida asesoría que reciben.
Este marco de confianza es un trabajo de las autoridades, de los proveedores de infraestructura, de los intermediarios y también de los inversionistas.
Corresponde a las autoridades propender, a través de las medidas prudenciales y la supervisión, de un marco regulatorio en donde prime la transparencia de las operaciones. A este respecto es muy importante el esquema institucional adoptado en Colombia, que sigue las mejores prácticas internacionales, en donde se separa la función de regulación y supervisión, permitiendo que la URF y la SFC puedan especializar sus funciones, trabajando, claro está, de manera coordinada.
Llama la atención que todavía se mencione, cada vez menos eso si, como un factor que pueda afectar el desarrollo del mercado de capitales el que se hubiera adoptado un supervisor unificado y que en la SFC se haya impuesto “la cultura de la Superintendencia Bancaria” como se menciona en el trabajo del exministro Alarcón. Lo cierto es que la SFC, desde hace ya varios años, ha implementado la supervisión basada en riesgos, acorde con lo que se realiza en otras jurisdicciones y muy alejada a la que en su momento realizaba la antigua Superintendencia Bancaria hace más de diez años.
En el marco de la Alianza del Pacífico se ha realizado un trabajo muy interesante con los reguladores y supervisores de Chile, Perú y México validando, precisamente, nuestras metodologías de supervisión. En esta tarea hemos encontrando que en todas las jurisdicciones mencionadas realizamos actividades semejantes, para lo cual hemos adelantado pasantías en los distintos países para mejorarlas y actualizarlas.
No puede quedar duda es que la confianza de los inversionistas se fundamenta también en una buena supervisión. Tampoco que una posible integración financiera con los países de la Alianza del Pacífico no solo tiene en cuenta aspectos fiscales, cambiarios y de homologación de la regulación, sino en una supervisión que permita el libre acceso de los distintos intermediarios de los países de la Alianza a los mercados locales de los demás.
Unas breves palabras sobre el tema de la autorregulación. Colombia fue pionero en crear un arreglo institucional que separó las funciones de la bolsa de valores, dejando las funciones disciplinarias y de autorregulación en una institución independiente. Mi percepción es que con esta reforma, se creyó que al existir la AMV recaía sobre esta institución la obligación de adoptar prácticas que propendan por una mayor transparencia en el mercado, que es el principio fundamental de la autorregulación.
En la experiencia de estos años en la Superintendencia he podido constatar que buena parte de las dificultades, sino todas, que ha tenido que enfrentar el mercado, se debieron a la estructuración y comercialización de productos que buscaban el beneficio propio y que no revelaron al mercado los verdaderos riesgos en que podía incurrir el inversionista. De allí mi insistencia en que la verdadera autorregulación se inicia en los intermediarios.
Por otra parte y como lo ha señalado un ex miembro del Consejo de la AMV, la principal dificultad es que esa institución de manera equivocada ha querido ser una pequeña superintendencia, olvidando que sus funciones son complementarias a las de la SFC, alejándose de los objetivos que acertadamente se fijaron cuando fue creada la entidad, perdiendo foco y dispersando sus actividades. Bien valdría la pena retomar ese camino fijado inicialmente.
Dentro de las modificaciones al marco regulatorio del mercado de capitales, hemos llevado a cabo varias iniciativas orientadas a fortalecer la protección al inversionista, tanto local como extranjero. A nivel local, la implementación de la figura del custodio ha permitido robustecer los controles en pro de la seguridad de los inversionistas, logrando masificar el acceso a este mercado. Dichos estándares se están contemplando adicionalmente, para cuando el inversionista del exterior utilice esta figura para realizar su inversión de portafolio en Colombia.
Por otra parte, hemos estado trabajando, con ayuda del Banco Mundial, en un proyecto que busca fortalecer los estándares de asesoría, piedra angular de la participación de los inversionistas retail en este mercado.
Además de fortalecer el gobierno corporativo de los intermediarios de valores, es necesario continuar mejorando su ambiente de control, en particular en lo referente a la gestión de potenciales conflictos de interés entre los negocios de posición propia y los contratos de comisión, la segregación de funciones y la mejor atención y protección al consumidor financiero. Todo lo anterior refuerza la confianza entre los clientes y los agentes del mercado.
Alianza del Pacífico
El mercado de capitales tiene una enorme oportunidad con los esfuerzos de integración financiera que se adelantan en el marco de la Alianza del Pacífico. Como se ha destacado, la integración de mercados tiene beneficios importantes como los siguientes:
Como ya lo mencioné, tanto reguladores como supervisores financieros de la región, hemos venido trabajando en buscar la armonización de la regulación y supervisión, adoptando medidas para facilitar el libre acceso de inversiones en la región.
Resulta muy importante destacar el anuncio hecho por los Ministros de Finanzas de la Alianza de priorizar el trabajo entorno a la agenda de integración financiera y, en particular, “la relevancia de avanzar hacia un Pasaporte de Fondos- la oferta transfronteriza de instrumentos- que permita alcanzar una mayor movilidad de capitales entre los países de la Alianza”.
Sobre el Pasaporte de Fondos, resulta importante resaltar que revisada la regulación de las distintas jurisdicciones, hay un marco común normativo y contable para estas operaciones en la medida que se siguen los principales estándares internacionales de IOSCO y de las normas internacionales de información financiera, NIIF, siendo una gran ventaja para los pasos futuros que se pueden tomar en esta materia.
Mecanismos alternativos de financiación, el uso extendido de la tecnología y un mejor relacionamiento con los inversionistas para entender sus necesidades y preferencias.
Sobre los retos que se avizoran a nivel global por la aparición de mecanismos alternativos de financiación, el uso extendido de la tecnología y la necesidad de crear productos acordes con las preferencias de los inversionistas, quiero reforzar el mensaje que viene dando la Superintendencia sobre la importancia de la innovación y el papel que juegan los reguladores y supervisores, que no es otro que el de trabajar con la industria para que la regulación pueda avanzar en esos frentes dentro de un marco prudencial adecuado.
Termino esta intervención con la conclusión presentada por el analista Daniel Velandia en un reciente foro de ANIF sobre profundización del mercado de capitales: el potencial del mercado colombiano sigue siendo significativo y las condiciones están dadas para su desarrollo. Invito a todos ustedes para que de manera conjunta sigamos avanzando en hacer un mercado más competitivo y profundo.
Muchas Gracias.
Consulte:
Quiero aprovechar la invitación de Asobancaria a intervenir en este “Simposio del Mercado de Capitales” para presentar a ustedes algunos comentarios que espero animen la discusión sobre el futuro del mercado de capitales en Colombia.
Mis comentarios parten de las siguientes premisas, sobre las cuales, creo, hay un relativo consenso:
- Un mercado de capitales dinámico y líquido es un elemento clave para el desarrollo económico.
- Colombia ha asignado una alta prioridad, desde hace más de una década, al desarrollo del mercado de capitales.
- A diferencia de otras industrias, el mercado de capitales es por esencia cambiante y, por ello, requiere una rápida adaptación de los agentes que intervienen en el mismo, así como de la regulación.
- Los retos futuros se centran en los mecanismos alternativos de financiación, el uso extendido de la tecnología y un mejor relacionamiento con los inversionistas para entender sus necesidades y preferencias.
No solo de regulación vive el mercado de capitales
La existencia de un marco regulatorio adecuado es una condición necesaria, más no suficiente, para el éxito de los mercados de valores. Desde la Misión del Mercado de Capitales de 1995 y gracias a la expedición de la Ley 964 de 2005, Colombia ha tenido una agenda permanente de reformas que ha permitido el desarrollo del marco regulatorio atendiendo a las nuevas necesidades del mercado.
El ex ministro de Hacienda y Crédito Público, Luis Fernando Alarcón, en un muy interesante trabajo que será presentado mañana en este simposio, hace un recuento de lo que el denomina “hitos del desarrollo del mercado de capitales”, los cuales confirman la tesis de que Colombia ha tenido un cambio continuo, no solo del marco regulatorio, sino también de la infraestructura y de las prácticas realizadas por los actores del mercado. En este proceso de reformas ha sido fundamental la participación privada, tan necesaria para que el mercado innove permanentemente.
Al revisar las reformas recientes realizadas al marco regulatorio durante la administración del Presidente Santos se puede apreciar que éstas se han dirigido a dinamizar el mercado en los diferentes frentes, tanto de la oferta como de la demanda, buscando una mayor profundidad y liquidez del mercado de capitales. Deben destacarse, en especial, las reformas introducidas para incentivar la entrada de nuevos emisores, fijar un marco transparente y moderno para los fondos de inversión colectiva y en flexibilizar el acceso de la inversión extranjera al mercado de capitales local, temas de los cuales me referiré a continuación.
No hay duda sobre la importancia de la reforma estructural hecha al esquema de Fondos de Inversión Colectiva, separando los diferentes roles de administración, gestión y distribución y permitiendo un procedimiento más flexible para la aprobación de los mismos.
Estas reformas, impulsadas desde el Ministerio de Hacienda y Crédito Público y la Unidad de Regulación Financiera (“URF”), por la codirectora del Banco de la República, doctora Ana Fernanda Maiguashca, y el doctor David Salamanca, no solo recogieron las mejores prácticas internacionales sino que también lograron que los principales actores del mercado y, en especial, los intermediarios de valores, las acogieran con entusiasmo, realizando cambios en su modelo de negocio para aprovechar las ventajas del nuevo esquema. Las cifras del incremento de los recursos administrados por FIC, que se han cuadruplicado en los últimos años, pasando a administrar recursos de terceros por cerca de $64,5 billones, confirman la bondad de la reforma.
En igual sentido se puede mencionar la reforma al régimen de inversión extranjera en Colombia. Esta reforma, expedida por el Decreto 4800 de 2010, actualizó y simplificó las reglas para hacer más eficientes los procedimientos a los inversionistas, aplicando estándares internacionales, y facilitando la canalización de la inversión hacia el mercado de capitales. A esto se sumó la simplificación del tratamiento tributario, facilitando la participación de inversionistas extranjeros, en particular en los temas relacionados con la retención en la fuente de dichas inversiones. Una segunda reforma que flexibiliza aún más el régimen de inversión extranjera, y da mayor confianza a los inversionistas extranjeros, está pendiente de ser expedida.
Las cifras muestran que estas reformas también tuvieron un impacto positivo, en la medida que la inversión extranjera en renta variable ha crecido hasta llegar a un 31.7% y la participación en el mercado de deuda pública a 23%, a pesar de la coyuntura internacional tan difícil y del pesimismo de algunos analistas sobre el futuro de la economía colombiana.
Sin embargo, algunas de las reformas no han tenido el impacto buscado. Es el caso de las introducidas para incentivar la llegada de nuevos emisores, tema sobre el cual me referiré posteriormente, o la implementación del esquema de creadores de liquidez, tan necesario para el desarrollo del mercado colombiano, el cual sólo hasta hace muy poco, y de manera muy reducida, ha empezado a utilizarse.
Analizando lo sucedido en estos casos se puede concluir que no siempre basta una regulación que apoye el desarrollo del mercado, si los intermediarios no están dispuestos a ponerla en práctica. Y en esa decisión tiene que ver de manera importante la coordinación de los distintos agentes, pues en algunos casos puede existir un divorcio entre los proveedores de infraestructura, agentes e inversionistas.
En otros casos, hace falta una mayor innovación y conocimiento del negocio por parte de los intermediarios, lo cual solo se consigue con una mayor competencia y la entrada de nuevos agentes dispuestos a asumir nuevos riesgos.
De allí mi afirmación que no solo de regulación vive el mercado de capitales y mi enorme resistencia a fórmulas mágicas que simplemente proponen ajustes en la regulación.
¿Qué hacer para que entren al mercado nuevos emisores?
De manera recurrente en el diálogo que permanentemente tenemos con la industria, se discute sobre mecanismos para incentivar la nueva entrada de emisores y profundizar la liquidez de los que ya están en el mercado.
Siguiendo las mejores prácticas, tanto la URF como la Superintendencia Financiera – SFC - han tomado una serie de disposiciones para facilitar la entrada de nuevos emisores, sin que hasta la fecha los objetivos buscados se hayan logrado plenamente.
En efecto, debe recordarse que se expidió regulación tendiente a la profundización del mercado facilitando el acceso a nuevos emisores con la implementación de la figura del Emisor Conocido y Recurrente (“ECR”), haciendo más expedito el acceso a aquellos emisores que constantemente hacen uso de este mercado. En este momento hay ya siete ECR autorizados, aunque quisiéramos que ese mecanismo se usara de manera más extendida.
Igualmente se puede mencionar la reforma al segundo mercado, flexibilizando los requisitos de divulgación para aquellos emisores que pretendan ofrecer sus valores únicamente a inversionistas institucionales y que ha sido éxito en otras jurisdicciones, pero que en Colombia no ha tenido mayor desarrollo por el mercado.
En el mismo sentido, está el prospecto de emisión simplificado para facilitar las autorizaciones de ofertas, incluyendo un prospecto estándar, y las medidas tomadas para agilizar los procesos de aprobación de la SFC.
No obstante las reformas, el mercado demanda más emisores y más liquidez. Ciertamente, la coyuntura internacional de amplia liquidez no ha contribuido ya que el sector real ha encontrado financiación abundante y en buenas condiciones en el mercado bancario. Más recientemente, el fin del superciclo de los precios de los productos básicos también ha afectado el número de emisores con la salida de algunos que eran importantes en los mercados locales y que imprimían liquidez al mercado.
En las reuniones realizadas con reguladores y el sector privado de países de la Alianza del Pacífico nos hemos formulado la misma pregunta, pues es una situación que aqueja no sólo a Colombia. Personalmente creo que hay que continuar reduciendo los costos de transacción, y flexibilizando el acceso al mercado público de valores con una mayor competencia.
Sin embargo, creo que hay dos temas fundamentales que hay que fortalecer.
El primero de ellos es el gobierno corporativo (“GC”). Como es conocido las buenas prácticas en esta materia son fundamentales para mantener la transparencia y confianza en el sistema financiero y en el mercado de capitales. Así mismo, un gobierno corporativo sólido contribuye a mantener un proceso de supervisión eficaz y eficiente ya que reduce considerablemente la intervención supervisora.
En la última década Colombia ha presentado importantes avances en temas de GC, buscando elevar los estándares de mejores prácticas empresariales a niveles internacionales, lo que contribuye indudablemente a mejorar la gobernabilidad de las empresas y a hacerlas más sostenibles en el tiempo. En el proceso de acceso a la OECD, el Comité de Gobierno Corporativo de esa organización realizó un cuidadoso examen del marco regulatorio colombiano encontrando que si bien hay todavía algunos temas en los cuales se debe profundizar, en general, la estructura es adecuada, dando su visto bueno al proceso de acceso.
En esta evaluación por parte de la OECD, tuvo una enorme influencia la revisión y puesta en práctica del Código de Mejores Prácticas Corporativas más conocido como Código País (“CP”), con recomendaciones de adopción voluntaria por parte de los emisores de valores. Esta revisión, siguiendo las mejores prácticas internacionales, se centró en el funcionamiento de las Juntas Directivas, tema que ya se encontraba en el código anterior, pero que se aborda conforme a las prácticas seguidas por las principales compañías del mundo. Igualmente, se incluyó un nuevo capítulo sobre Arquitectura de Control, con recomendaciones y medidas sobre administración de riesgos y de control interno. El tema de la remuneración de los miembros de la Junta Directiva y de la Alta Gerencia también se desarrolla de manera mucho más específica que en el código anterior.
Otro de los aspectos innovadores contemplados en la nueva versión del CP es que, aun cuando es de adopción voluntaria, si la sociedad decide que va a acoger las medidas y recomendaciones, inmediatamente las mismas serán de obligatorio cumplimiento para el emisor, sus administradores y empleados. De tal manera la sociedad deberá implementar mecanismos claros y comprensibles para asegurar que efectivamente se cumplan las recomendaciones. Para tal fin, el CP prevé que las medidas que se adopten deben ir acompañadas de reformas estatutarias.
Adicionalmente, dada la importancia creciente que ha presentado la figura de los grupos empresariales, se incluyen recomendaciones de GC específicas para los conglomerados en los que se integran empresas en situación de control o grupo empresarial.
Si bien lo anterior constituye un paso importante en materia de calidad de GC de los conglomerados, tanto la OECD como el FMI han señalado la necesidad de fortalecer la supervisión sobre los conglomerados financieros y sus operaciones. En virtud de lo anterior, el Gobierno radicó el Proyecto de Ley 119 de 2016 con el cual se busca que Colombia adopte los estándares internacionales para la supervisión y regulación de los conglomerados financieros. Al respecto, vale destacar que dicha propuesta otorgaría a la SFC facultades para impartir instrucciones a los holdings financieros relacionadas con la gestión de riesgos, control interno, revelación de información, conflictos de interés y gobierno corporativo, respecto del conglomerado financiero.
El pasado 3 de octubre, la SFC presentó el primer informe anual bajo el esquema del CP. A continuación quisiera compartir con ustedes los principales resultados y conclusiones de dicho informe:
- Los resultados de los reportes remitidos por los 99 emisores que hacen parte de un conglomerado reflejan una adopción del 61,80% del total de las recomendaciones del CP, lo que demuestra que la cultura del buen gobierno corporativo se ha ido afianzando en el país.
- Las respuestas suministradas por los 135 emisores que transmitieron a la SFC su reporte de implementación dentro del plazo establecido para el efecto, se destaca que 88 de los 135 emisores acogen más del 50% de las recomendaciones. Esto refleja la importancia que los emisores colombianos están dando a los temas de GC. Por otra parte, 47 de los 135 emisores acogen menos del 50% de las Recomendaciones del CP. Sin embargo es importante resaltar que el 95,74% de tales emisores presenta una baja o nula bursatilidad en la BVC y manifestaron su interés de acoger en el futuro las mejores prácticas internacionales.
Según los resultados, se evidencia un reto importante, tanto para los emisores como para la SFC y los gremios, de incentivar el fortalecimiento del GC en cuanto a organización de la Junta Directiva y su papel en el monitoreo de la gestión de riesgos. Así mismo, se requiere fortalecer la cultura de la revelación de información, especialmente en aquellos conglomerados cuyas sociedades no tienen capital flotante.
Dentro de la agenda de trabajo futura se debe dar prioridad a promover los derechos de los accionistas minoritarios, aspecto que si bien está incluido en algunos apartes del CP, requiere la participación de los emisores mediante prácticas de revelación de información y escenarios de discusión que permitan que los accionistas minoritarios puedan ejercer debidamente sus derechos.
Un segundo tema es cómo incentivar a los inversionistas institucionales para que participen más en el mercado. Tal es el caso de las compañías de seguros que muestran esquemas de inversión de las reservas poco sofisticados y conservadores. O de los Fondos de Pensiones que no consideran rentables algunas emisiones si no son de tamaños importantes, con el problema adicional que en algunos casos no transan los títulos adquiridos y eso naturalmente le quita liquidez a los mismos.
En este sentido es importante revisar propuestas como las del cálculo de la rentabilidad mínima de los Fondos de Pensiones, remuneración por desempeño y la apertura de subastas para el seguro previsional.
¿Cómo generar más confianza en los inversionistas?
La construcción de confianza en el mercado de capitales es fundamental. Los inversionistas acuden al mercado si tienen confianza en su transparencia, en una adecuada formación de precios, en la debida asesoría que reciben.
Este marco de confianza es un trabajo de las autoridades, de los proveedores de infraestructura, de los intermediarios y también de los inversionistas.
Corresponde a las autoridades propender, a través de las medidas prudenciales y la supervisión, de un marco regulatorio en donde prime la transparencia de las operaciones. A este respecto es muy importante el esquema institucional adoptado en Colombia, que sigue las mejores prácticas internacionales, en donde se separa la función de regulación y supervisión, permitiendo que la URF y la SFC puedan especializar sus funciones, trabajando, claro está, de manera coordinada.
Llama la atención que todavía se mencione, cada vez menos eso si, como un factor que pueda afectar el desarrollo del mercado de capitales el que se hubiera adoptado un supervisor unificado y que en la SFC se haya impuesto “la cultura de la Superintendencia Bancaria” como se menciona en el trabajo del exministro Alarcón. Lo cierto es que la SFC, desde hace ya varios años, ha implementado la supervisión basada en riesgos, acorde con lo que se realiza en otras jurisdicciones y muy alejada a la que en su momento realizaba la antigua Superintendencia Bancaria hace más de diez años.
En el marco de la Alianza del Pacífico se ha realizado un trabajo muy interesante con los reguladores y supervisores de Chile, Perú y México validando, precisamente, nuestras metodologías de supervisión. En esta tarea hemos encontrando que en todas las jurisdicciones mencionadas realizamos actividades semejantes, para lo cual hemos adelantado pasantías en los distintos países para mejorarlas y actualizarlas.
No puede quedar duda es que la confianza de los inversionistas se fundamenta también en una buena supervisión. Tampoco que una posible integración financiera con los países de la Alianza del Pacífico no solo tiene en cuenta aspectos fiscales, cambiarios y de homologación de la regulación, sino en una supervisión que permita el libre acceso de los distintos intermediarios de los países de la Alianza a los mercados locales de los demás.
Unas breves palabras sobre el tema de la autorregulación. Colombia fue pionero en crear un arreglo institucional que separó las funciones de la bolsa de valores, dejando las funciones disciplinarias y de autorregulación en una institución independiente. Mi percepción es que con esta reforma, se creyó que al existir la AMV recaía sobre esta institución la obligación de adoptar prácticas que propendan por una mayor transparencia en el mercado, que es el principio fundamental de la autorregulación.
En la experiencia de estos años en la Superintendencia he podido constatar que buena parte de las dificultades, sino todas, que ha tenido que enfrentar el mercado, se debieron a la estructuración y comercialización de productos que buscaban el beneficio propio y que no revelaron al mercado los verdaderos riesgos en que podía incurrir el inversionista. De allí mi insistencia en que la verdadera autorregulación se inicia en los intermediarios.
Por otra parte y como lo ha señalado un ex miembro del Consejo de la AMV, la principal dificultad es que esa institución de manera equivocada ha querido ser una pequeña superintendencia, olvidando que sus funciones son complementarias a las de la SFC, alejándose de los objetivos que acertadamente se fijaron cuando fue creada la entidad, perdiendo foco y dispersando sus actividades. Bien valdría la pena retomar ese camino fijado inicialmente.
Dentro de las modificaciones al marco regulatorio del mercado de capitales, hemos llevado a cabo varias iniciativas orientadas a fortalecer la protección al inversionista, tanto local como extranjero. A nivel local, la implementación de la figura del custodio ha permitido robustecer los controles en pro de la seguridad de los inversionistas, logrando masificar el acceso a este mercado. Dichos estándares se están contemplando adicionalmente, para cuando el inversionista del exterior utilice esta figura para realizar su inversión de portafolio en Colombia.
Por otra parte, hemos estado trabajando, con ayuda del Banco Mundial, en un proyecto que busca fortalecer los estándares de asesoría, piedra angular de la participación de los inversionistas retail en este mercado.
Además de fortalecer el gobierno corporativo de los intermediarios de valores, es necesario continuar mejorando su ambiente de control, en particular en lo referente a la gestión de potenciales conflictos de interés entre los negocios de posición propia y los contratos de comisión, la segregación de funciones y la mejor atención y protección al consumidor financiero. Todo lo anterior refuerza la confianza entre los clientes y los agentes del mercado.
Alianza del Pacífico
El mercado de capitales tiene una enorme oportunidad con los esfuerzos de integración financiera que se adelantan en el marco de la Alianza del Pacífico. Como se ha destacado, la integración de mercados tiene beneficios importantes como los siguientes:
- Para las economías, una mejor capacidad para absorber choques externos.
- Para los emisores, un aumento de la base de compradores, mejores precios de colocación, mayores posibilidades de gestionar riesgos financieros y la posibilidad de diseñar nuevas estructuras, en cuento a plazos y monedas, conforme a los mercados de los países que hacen parte de la Alianza.
- Para los intermediarios, una mayor oferta de productos para diferentes perfiles de riesgo, aumento en la base de clientes y mayores fuentes de ingreso.
- Para los inversionistas, el aumento en las clases de activos e instrumentos, mayor diversificación de sus inversiones y reducción de costos vía más competencia.
Como ya lo mencioné, tanto reguladores como supervisores financieros de la región, hemos venido trabajando en buscar la armonización de la regulación y supervisión, adoptando medidas para facilitar el libre acceso de inversiones en la región.
Resulta muy importante destacar el anuncio hecho por los Ministros de Finanzas de la Alianza de priorizar el trabajo entorno a la agenda de integración financiera y, en particular, “la relevancia de avanzar hacia un Pasaporte de Fondos- la oferta transfronteriza de instrumentos- que permita alcanzar una mayor movilidad de capitales entre los países de la Alianza”.
Sobre el Pasaporte de Fondos, resulta importante resaltar que revisada la regulación de las distintas jurisdicciones, hay un marco común normativo y contable para estas operaciones en la medida que se siguen los principales estándares internacionales de IOSCO y de las normas internacionales de información financiera, NIIF, siendo una gran ventaja para los pasos futuros que se pueden tomar en esta materia.
Mecanismos alternativos de financiación, el uso extendido de la tecnología y un mejor relacionamiento con los inversionistas para entender sus necesidades y preferencias.
Sobre los retos que se avizoran a nivel global por la aparición de mecanismos alternativos de financiación, el uso extendido de la tecnología y la necesidad de crear productos acordes con las preferencias de los inversionistas, quiero reforzar el mensaje que viene dando la Superintendencia sobre la importancia de la innovación y el papel que juegan los reguladores y supervisores, que no es otro que el de trabajar con la industria para que la regulación pueda avanzar en esos frentes dentro de un marco prudencial adecuado.
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Termino esta intervención con la conclusión presentada por el analista Daniel Velandia en un reciente foro de ANIF sobre profundización del mercado de capitales: el potencial del mercado colombiano sigue siendo significativo y las condiciones están dadas para su desarrollo. Invito a todos ustedes para que de manera conjunta sigamos avanzando en hacer un mercado más competitivo y profundo.
Muchas Gracias.
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Última modificación 13/10/2016